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viernes, 13 de noviembre de 2009

VALENCIA 3-1 ZARAGOZA

El Valencia volvió a ganar en Mestalla con una nueva demostración de pegada y no pierde la estela de los equipos punteros en esta Liga. Mata, Villa y Pablo Hernández aprovecharon las concesiones defensivas del conjunto maño para sentenciar el choque antes del descanso. Abel Aguilar recorto distancias demasiado tarde en un partido que consolida a los de Emery en puestos Champions.

No fue el mejor partido del conjunto ché, pero la calidad puntual de sus figuras y los errores tácticos de su rival bastó para asegurar los tres puntos. El estupendo trabajo de los de Marcelino en la contención y en el 'pressing' se vino abajo por la posición suicida de su línea más retrasada.

Hubo polémica en el primer gol del Valencia por un posible fuera de juego de Villa

Los inicios antojaban complicaciones para los valencianistas. La consigna de Marcelino era clara: presionar la salida ché y evitar combinaciones cómodas. El trabajo de Ponzio o Abel Aguilar sirvió para apagar la creación de los de Emery. Silva no aparecía, Banega apenas entraba en contacto con el balón y sólo Mata, con intermitentes llegadas, pasaba la línea de resistencia rival.

Esa resistencia duró poco más de cuarto de hora. La autopista que la zaga maña dejó a sus espaldas la aprovechó Mata para asestar el primer golpe. El tanto vino precedido por un posible fuera de juego de Villa, que hizo ademán de controlar el cuero.

Mazazo decisivo antes del descansoPolémicas al margen, el tanto no alteró el panorama inicial. Incluso el Zaragoza se hizo con el mando del partido, pero sin apenas profundidad. El Valencia tampoco mostró interés por hacerse con el balón y se sirvió de otros dos latigazos para finiquitar el encuentro.

Al filo del descanso, el Zaragoza volvía a pecar de tener una zaga excesivamente adelantada y entre Pablo Hernández y Villa se repartían sendos regalos. Primero el 'Guaje' marcaba a placer y, dos minutos después, el asturiano le devolvía el favor a su compañero.

El Valencia mejoró en la segunda mitad y sólo López Vallejo evitó una goleada de escándalo
Con un marcador tan claro, resultaba atrevido pensar que el choque no había llegado a su fin. Se empeñó López Vallejo en mantener a los suyos en el partido, resolviendo multitud de situaciones comprometidas para la seguridad de su meta.

Abel Aguilar premiaba la insistencia maña pero no podía cambiar el rumbo de un partido fijado de antemano por la benevolencia táctica de los suyos. Y más cuando ni Lafita ni Ewerthon tenían su día.

Tampoco lo era para los de Marcelino, que sin jugar un mal partido nunca dieron la sensación de poder asaltar Mestalla. Territorio valencianista que volvió a sonreir, nueve jornadas después, gracias a una pegada de champions.

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