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viernes, 2 de octubre de 2009

VILLA NO PERDONA LA GENOVA

El Valencia sumó su primer triunfo en la Europa League a base de corazón y orgullo. Los de Emery se sobrepusieron al tanto de Floccari con dos goles en cuatro minutos, obra de Silva y Zigic, pero retomaron sus miserias defensivas con un penalti que Kharja no perdonó. Entró entonces Villa y, como casi siempre, el 'Guaje' decidió provocando un penalti y ejecutándolo para salvar a los suyos.

Fue la enésima travesura de la 'pandilla' de Emery. Esta vez el jaleo tuvo final feliz, pero el conjunto ché volvió a arrojar síntomas preocupantes. Alternó momentos de brillantez con errores de bulto. Ataques de libro con fallos infantiles en defensa. En definitiva, una de cal y otra de arena.

Zigic y Albelda, las novedades en el once, no convencieron y Mathieu evidenció, una vez más, sus carencias defensivas.

Buscaba Emery cambiar el chip y puso un escena un equipo con importantes novedades. Albelda volvió a la medular y Zigic tenía su oportunidad en la delantera. Ni uno ni otro convencieron y, al final, el peso del partido lo llevaron los de siempre. Entre esos este año está también Banega, cuyo mando es ya indiscutible en este Valencia.

Un equipo, el de Emery, que arrancó con buena cara, dominando y acumulando ocasiones. Mata, Silva o Mathieu pudieron abrir un marcador que movió por sorpresa Floccari. El delantero italiano aprovechó un fuera de juego mal tirado por los valencianistas para silenciar Mestalla.
Del silencio al éxtasis, sólo hubo un pequeño descanso. En cuatro minutos, Silva y Zigic le dieron la vuelta al encuentro en un ejercicio de raza y lógica. El Genoa, aún muy bien trabajado, no está al nivel del Valencia (al menos por plantilla).

Villa, garantía de éxito.
Pero los de Gasperini ya habían demostrado que nos les hacía falta un mundo para infundir miedo a una zaga de cristal. Y es que la defensa del Valencia, a día de hoy, amenaza con romperse al más mínimo acercamiento.

En uno de ellos, el francés Mathieu, tan incisivo en ataque como desafortunado en su 'principal' labor, arrolló a Papastathopoulos y dejó a Kharja la ocasión de igualar desde los once metros.
Con el empate salió Villa, la eterna solución, para arreglar el desaguisado. Quince minutos necesitó el 'Guaje' para provocar un penalti y poner el 3-2 en el luminoso. Villa sonrió y Mestalla respiró tranquilo...hasta el próximo partido.

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