Juan Soler dio el martes el primer paso hacia el Concurso de acreedores en una de sus empresas, Urbanas de Levante, la que adquirió una parte de la parcela recalificada de Mestalla. Como ya informó AS, el ex presidente podría ocasionar un problema notable al club si daba este paso, algo que se produjo el martes cuando Urbanas de Levante solicitó ante el juzgado de lo Mercantil un convenio previo de acreedores, una fórmula nueva considerada antesala del Concurso (antes suspensión de pagos). Con esto, Soler dispone ahora de tres meses para negociar una deuda que asciende en total a algo más de 160 millones de euros con sus acreedores, que no pueden en ese periodo pedir el Concurso.
Esto afecta directamente al Valencia, al que le debe 76,5 millones de euros (más IVA) por la parte de la parcela adquirida. Ahora, le tocará al club negociar con Soler, pues lo peor para el Valencia sería que llegase un Concurso de acreedores, ya que esos 76,5 kilos pasarían a formar parte de la masa de la deuda, lo que podría llevarle a cobrar sólo una parte y dividida en varios años.
Y Soler pedirá que le liberen del pago, algo que tampoco quiere hacer el club, por lo que deberá negociar porque necesita el suelo para venderlo.
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