«Este es uno de los vestuarios más sanos de los últimos años». Esta definición, realizada por uno de los comensales en la cena que celebró la plantilla el pasado jueves, se ve reflejada en la nueva relación que en las últimas semanas mantienen dos pesos pesados del vestuario como son David Albelda y Rubén Baraja. Los capitanes del doblete, que desde la era Koeman mantenían cierta distancia, han reconducido su relación profesional para beneficio del colectivo. Manuel Llorente, en este sentido, tenía en mente sentarse con ambos para unir fuerzas, pero no ha sido necesario. El tiempo todo lo cura y más cuando ambos futbolistas entienden que por encima de los individuos está el colectivo, «y este Valencia necesita que todos rememos en la misma dirección». Los propios compañeros son los primeros que han notado que la relación entre Albelda y Baraja ha dado un giro para bien. Algunos ponen como ejemplo el viaje a Madrid que ambos realizaron para participar en el Reencuentro Histórico de internacionales españoles que organizó recientemente la Real Federación Española de Fútbol. Albelda y Baraja compartieron fila de asientos y a ambos se les vio conversar de manera distendida de asuntos deportivos y también extradeportivos, algo que hacía tiempo que no se producía.
Albelda y Baraja, dos de los futbolistas más representativos del Valencia y dos de las voces autorizadas en el vestuario, no han necesitado protagonizar ningún paripé de cara a la galería. Ni se han reunido ni tan siquiera han hablado en concreto de los motivos que les han llevado a tener diferentes puntos de vista en las dos últimas temporadas. No les ha hecho falta. Lo que han hecho en las últimas semanas es dar normalidad y profesionalidad a una relación de una década como compañeros de vestuario, respaldada eso sí por la ausencia de todo atisbo de rencor. Además, los últimos resultados, mandamases en el fútbol, también han aportado su granito de arena, porque todos los jugadores acuden desde aquella balsámica victoria contra el Racing de Santander con otro talante a cada entrenamiento.
Unai Emery, encargado de dirigir la nave valencianista, sale beneficiado del nuevo panorama existente entre Albelda y Baraja por la importancia que ambos jugadores tienen en el equipo. Pero no solo el técnico, también los compañeros, sobre todo aquellos que más afinidad tienen con uno o con otro. En el vestuario, como apuntan varias fuentes del mismo, se respira un ambiente de unión y compromiso como hacía temporadas que no había.
Manuel Llorente, en este sentido, ha tratado desde el primer día de aislar Paterna de la convulsión permanente en la que habitaba el club. Entre los proyectos del presidente, desde los primeros días que accedió al cargo, estaba reconducir la relación entre dos futbolistas que en su anterior época como Consejero Delegado fueron pieza clave en los éxitos del club. Llorente, además, de siempre ha considerado vital el protagonismo que deben de tener en el vestuario los jugadores más veteranos. Es por ello que la relación profesional reconducida por Albelda y Baraja sea todo un golazo para el Valencia.
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